EL PARA QUÉ DE LAS OVEJAS NEGRAS
Hace mucho no escribo.
Como muchos saben, escribir no solo
es mi trabajo, es mi terapia, es la mejor forma de mostrar mi esencia
y mi pasión por lo que hago. Pero no les pasa que a veces con tantos obstáculos
y problemas nos perdemos de aquel objetivo final, de la razón por la que
hacemos cada pequeña y gran cosa en nuestra vida.
Bueno, debo confesar que, sin darme cuenta, olvidé el para qué
del blog. Lo dejé de lado por objetivos a corto plazo como mi entrenamiento o
la consultora de marketing y otras cosas que les iré contando pronto que tengo a
la par.
Hoy, una persona que se ha vuelto muy importante, me recordó
el para qué de este blog y cuando leí su mensaje: “Eres la mejor redactando,
inspiras a muchas personas, piensa en ello”. Solo atiné a conectar con aquel
primer post, con aquella primera publicación de este post, con aquel primer
mensaje de agradecimiento
¡Qué locura en unos meses van a ser 2 años desde que
empecé la aventura que me hizo crear mil aventuras más y sobre todo dejarme
compartirla con muchas personas!
Todo esto es irónico, pues cada vez que tenemos un nuevo
cliente en la empresa, siempre aplicamos el Golden circle, porque creemos la
importancia de amar lo que haces, de recordar y NUNCA perder de vista tu PARA
QUÉ.
Y sin querer, yo lo estaba perdiendo de vista. Sin embargo, siempre están esas
personas que te recuerdan lo mejor de ti. Aquellos que no te juzgan cuando
incluso tú te mueres por juzgarte.
Hace años entendí que para tener éxito tenía que intentarlo
mil veces o un millón de veces, que no podía cansarme de los fracasos, porque
alguno de ellos por fin ya no lo sería y tendría el éxito que siempre quise. En
este momento de mi vida hago absolutamente todo lo que amo, no hay nada que
haga y no ame, pero a la vez, tengo más de un objetivo en qué concentrarme; sin
embargo, así como una regla para mí es intentarlo hasta el cansancio, pues
hacerlo con amor, es la segunda regla.
Escribir aquí es uno de mis “trabajos” favoritos, el que me
llena y me emociona como en este momento mientras escribo y solo pienso “Delia,
estás haciendo más de lo que crees, por fin dejaste de necesitar la aprobación
del resto para hacer lo que amas”.
Más que nunca estoy convencida que lo único que necesitas para no rendirte es amar con toda el alma lo que haces.
Y es así, cuando una oveja negra acepta que lo es, está
lista para comerse el mundo entero, para tumbar los obstáculos que sean
necesarios, porque “bien” no se hizo para una oveja negra, “extraordinario” se
acerca un poco más…
Y tú, ¿cuándo aceptarás a esa oveja negra que tú también llevas dentro?
Delia Choquehuanca.
Facebook: The Blackie Sheep
Instagram: @theblackiesheep
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